Cartas de Elisabeth d'Ornano
El Niño de la Tierra
Abril 2012
Dedicamos el año pasado a la etapa del niño antes de nacer y queremos seguir tratando hoy, el desarrollo emocional en los tres primeros años de vida. El inicio de la vida es de gran importancia y es la base sobre la que el niño ira construyendo su personalidad. El transmitir al bebe un pensamiento de bienvenida al mundo al que nace, comunicándole la disponibilidad de uno, para acogerle tal como sea, le hará sentirse valorado y le ayudara a conseguir la seguridad que necesita para crecer confiado y aventurarse a experimentar en su vida.
El nacimiento conlleva muchos cambios que el bebe tiene que asimilar. El vínculo con su madre y su padre va seguir siendo primordial para la seguridad que necesita y para integrar poco a poco este paso de nacer a la vida. Un vínculo sano, ser cargado, acunado, arropado y querido y el saber que sus necesidades básicas serán atendidas en seguida, va a facilitar que a lo largo de su vida el niño al crecer, pueda afrontar las dificultades que encontrará en su camino y tenga la seguridad para poder llegar a superarlas. El bebe va absorber fácilmente las emociones y el humor tanto de sus padres como de la gente que le rodea, necesitando dentro de lo posible un ambiente de paz, muchos ratos de silencio, de tranquilidad y sosiego. El ser consciente de prestar toda la atención cuando se le alimenta, se le baña o se juegue con el, permitirá conectarse con el pequeño a un nivel mas profundo. La clave es escuchar no solo con los oídos sino con el corazón. Mírale a los ojos y busca el verdadero significado de lo que te comunica el bebe y aprende a entender sus ingeniosos mensajes. Se fusionan las almas de los padres y del bebe a través de la mirada y se refuerzan los tremendos lazos que les unen. En estos momentos de unión puedes pasarle tus pensamientos positivos hacia el, resaltando todo lo bueno y luminoso que el tiene dentro para que crezca con confianza, sintiéndose capaz y con ganas de expresar esta parte suya al mundo.
Los sentimientos y las emociones van a tener una repercusión sobre el comportamiento del niño, por ello es necesario conectar con su interior, entrando en resonancia con el y observar vuestros propios sentimientos. Esto es lo que ayuda al niño. A menudo desarrollar las cualidades que necesita el niño es exactamente lo que uno necesita. Tengamos la humildad de reconocer que el niño puede ser un maestro para nosotros, trayéndonos un mensaje que nos refleja con su manera de ser. La conciencia del bebe esta abierta para percibir su entorno y ira forjando su personalidad a la par con sus vivencias. Si está en guardería también estará influenciado por su entorno, por el lugar en el que está y por el estado emocional de la gente que le rodea. Seamos conscientes de cuidar nuestras emociones, de crear el orden que los niños necesitan y acostumbrarles desde pequeños a apreciar la harmonía y la belleza para recrearlas en ellos mismos.
El bebe va aprender a través de sus sentidos. He hablado del contacto visual y de cómo el niño puede leer lo que exprese la cara de sus padres y a esto me gustaría añadir que también el tacto es de las primeras formas de comunicarse que tiene un bebe, responde en seguida al contacto piel con piel. Es tranquilizador tanto para el bebe como para los padres, al mismo tiempo que favorece el desarrollo saludable y el crecimiento del sistema nervioso y inmunitario del pequeño. El obstetra francés Frederick Leboyer en su libro sobre el masaje shantala dice… “el bebe anhela recibir atención, como recibir comida y unas manos amorosas.” El masaje es una forma de comunicar, de compartir y de fortalecer los lazos, especialmente si el adulto cultiva el transmitir amor, conexión, paz, seguridad y motivación para la vida. El tacto es algo que se debería seguir desarrollando en la guardería haciendo manualidades como trabajar el barro, o cuidar una planta que le conecte con la tierra. El tacto ayudara a las personas al poder dar la mano con naturalidad, sentimiento y consciencia.
Dejemos que los niños se expresen moviéndose en vez de verse obligados a permanecer quietos. Los expertos en educación temprana demostraron que los bebes y niños pequeños, cuando se les permite, hacen de forma instintiva movimientos desarrolladores que potencian conexiones neurológicas en el cerebro, lo cual es esencial para el aprendizaje. A medida que el niño crece y va incorporando nuevos movimientos específicos, su cerebro se va desarrollando en concordancia. Es recomendable trabajar los reflejos infantiles para potenciarlos y integrarlos, ya que paralelamente se van formando redes neuronales cada vez más complejas que ayudaran el aprendizaje y el desarrollo de la personalidad. Esto aportara seguridad, autoestima y coraje al niño. Los niños de hoy son propensos a bloqueos energéticos porque pueden sufrir dificultades de adaptación a su entorno, por su alta sensibilidad, por su funcionamiento que pueda ser diferente o por las altas expectativas parentales y sociales y también por la competencia impuesta y la falta de creatividad en los centros escolares. Algo que puede ayudar al comenzar el día de trabajo en los centros, es hacer unos ejercicios de brain gym ( gimnasia cerebral), para trabajar además de la unión de los dos hemisferios, el reducir el estrés que puede bloquear el aprendizaje, centrar a la vez las emociones y mejorar el auto control y la conciencia de los limites. La educación no es solamente almacenar conocimiento sino potenciar un desarrollo óptimo del cerebro y de la persona de forma global.
Con los niños y niñas de hoy, se recomienda un contacto diario con la naturaleza, nuestros ancestros tenían mas presente la conexión que nos une con los elementos de la Tierra. Volvamos a enseñar a los niños a establecer esta conexión desde temprana edad, sentir el sol y el viento en la piel, honrar los elementos tierra, agua, fuego y viento. También podemos organizar actividades como dibujar al aire libre o hablarles del crecimiento del alimento en la tierra. Sino se puede estar al aire libre se puede hacer crecer plantas en macetas, tener animales fáciles de criar o coleccionar piedras, minerales, palos, hojas secas. Hablemos a los niños de lo que hay en el cielo, de los otros planetas, de la luna y el cielo estrellado para que conecten con él. Todo lo que les hace tanto tocar la tierra como observar el cielo, con ellos haciendo de conexión entre los dos, les armonizará con el entorno.
La tierra nos habla constantemente con sus colores, el canto de los pájaros y los ríos que corren, intentemos plasmar su lenguaje para que los niños lo oigan. Los indios nativos al hablar sobre la existencia dicen… todo en la tierra tiene un propósito, cada enfermedad tiene su planta para curarla, y cada persona una misión.
El bebe llega al mundo con un recorrido y nace con una conciencia mas abierta, por lo tanto percibe mucho mas de lo que uno se imagina. Desde que nace el bebe, deberíamos ir pensando en aprender a confiar en su capacidad a resolver sus propias dificultades, darle la mano y guiarle pero no querer controlarle ni dirigir su vida. Cada persona tiene unas necesidades y un funcionamiento que puede ser diferente al de sus padres y cada persona necesitará aprender sus lecciones a su manera. Pero al ser padres no se asume de golpe la paternidad de verdad, sino que a través de abrir su consciencia y de cuestionarse uno va asumiendo el rol progresivamente. Caernos y volvernos a levantar es parte del juego. Por ello, dejemos lugar para los errores porque siempre se van a cometer, pero a la vez aprendamos de ellos y busquemos avanzar para cada día hacerlo un poquito mejor. Estamos aquí para experimentar la vida, para ser feliz y para amar. Cuidar los pensamientos que nos van a dirigir y las emociones que nos van a condicionar, nos permitirá llegar a direccionar nuestra vida correctamente y manejar todo tipo de dificultades que surgirán a lo largo de la vida. Ahora me gustaría transmitiros y compartir con vosotros unas palabras que leí en un libro precioso sobre el nacimiento, donde había un mensaje de un bebe al nacer, que a mí me tocó: “…es bonito volver, dice, volver a bajar. Pero sabes,…. creo, bueno sé, que nadie baja nunca. Veo una escalera que nada mas permite subir…. Entonces siempre, siempre subimos. ¿Pasarás este mensaje, no?”
Elisabeth d´Ornano