Carta de Elisabeth d'Ornano
El reto de la adolescencia
Enero 2012
Ser educador ayudando a formar a la persona, es de los trabajos más nobles y el que más servicios presta a nuestra sociedad. Potenciemos juntos una educación que no esté basada en el miedo al fracaso sino en el entusiasmo por aprender, en la complementariedad y en la solidaridad donde, tanto padres y profesores, valoren la importancia de su rol en la educación y trabajen conjuntamente.
El cuerpo emocional del niño adolescente esta maduro para empezar a vivir esta nueva etapa más autónoma. La madurez también conlleva grandes cambios físicos, psicológicos y hormonales, además de los cambios ligados a ver la vida con otros ojos. Todo este desarrollo convierte esta etapa en una etapa muy difícil para el niño adolescente y lo es todavía más para un adolescente con TDHA, por su impulsividad, por su posible falta de autoestima y por su mayor dificultad en ponerse límites.
Por estas razones, en esta etapa es importante que el niño entienda como funciona, como le van a condicionar sus emociones, su relación con sus compañeros, con sus padres y con el mundo exterior, para estar en equilibrio y poder ir formando adecuadamente su personalidad. Por ello, en esta etapa complicada para el niño intentemos ayudarle a tener equilibrio entre los estudios que cada vez exigen más, la vida familiar y la también creciente vida social. Es difícil para ellos conseguir este equilibrio. La necesidad de estar hablando constantemente de las tareas del colegio, a menudo excesivas en el poco tiempo que tienen los padres para compartir con sus hijos, acapara la vida familiar condicionando el ambiente. Es un verdadero suplicio para los padres y vemos que solicitan ayuda para manejarlo. Según se van haciendo mayores, esa ayuda, que prácticamente todos los niños con TDAH necesitan en la infancia para hacer los deberes, se hace más cuesta arriba por los propios adolescentes que ya no se dejan ayudar y por los propios padres que pueden no saber ya ayudarles, estar cansados, y entre otras cosas, por luchar en otros ámbitos de la vida del chico… Sabemos que para ellos hacer la tarea sin ayuda para mantener la concentración es muy difícil y no todo el mundo se puede permitir el apoyo de un profesor en casa. Ante la dificultad de concentración del niño y su desorganización, el chico tiene el peligro de entrar en una situación de conflicto con sus padres y buscar la calle como escape, tirando la toalla académicamente porque la situación se vuelve invivible. Cualquier niño o adolescente necesita tiempo en casa y estimular su cerebro a través de actividades como el deporte, el arte o la música para llegar a un desarrollo global: físico, emocional y mental. A través de mis hijos veo que el deporte les ayuda mucho a establecer relaciones sanas con otros niños, disfrutando de un contacto con la naturaleza, permitiéndoles superarse y a la vez exigiendo una disciplina que es necesaria en esta etapa.
Como dice Howard Gardner, Profesor de Harvard y Premio príncipe de Asturias “¿Quiere potenciar la inteligencia de su hijo? Averigüe qué le apasiona.”………… Pero a esto añado, que necesita que le quede algo de tiempo para desarrollarlo!
Aunque la edad adolecente es difícil y nos pida mucha paciencia (mis dos hijos adolescentes me sacan a veces de quicio), todos los niños y niñas así como los adultos necesitamos a pesar de todo un trato basado en el amor. No les hablemos unidireccionalmente, hablemos con ellos, estableciendo un dialogo donde puedan opinar y en situaciones de conflicto guiémosles para que encuentren su propia solución. Eduquemos con el ejemplo, brindando cortesía y respeto para cosechar lo mismo de vuelta, ellos lo entenderán y lo aprobaran. Fomentemos la parte más creativa de la persona que a mi parecer es igual de importante que la racional y permite en muchos casos al niño encontrar autoestima y relajarse de la tensión física y emocional que le supone asumir sus dificultades y manejarse a flote en el sistema. Un niño bloqueado no será capaz de aprender.
Dicen los expertos en este tema, que la respiración consciente es una herramienta para poder en los momentos de crisis y de estrés, ver donde se aloja la tensión en el cuerpo, visualizando la emoción causante al preguntarse: ¿Qué me está manipulando, la rabia, la alegría? No hay que bloquear las emociones porque si se reprimen, se estancan y se pueden volver patológicas. El niño con TDHA va a sufrir más emocionalmente por su dificultad a encajar en el sistema, se sentirá rechazado y será más propenso a ser rebelde y agresivo si no aprende a controlar sus emociones. Es aconsejable fomentar las emociones que generan bienestar como el afecto y el poder acabar una tarea.
La educación emocional se debería enseñar desde el colegio, pero para poder transmitirlo, primero se ha de hacer el ejerció sobre uno mismo. De esta forma podrán ayudar a los chicos a identificar cuáles son las emociones tanto positivas como negativas que condicionan nuestra vida, analizarlas y aprender poco a poco a encauzarlas sin reprimirlas, ni hacerse daño a uno mismo y a los demás. Hablemos de las emociones con naturalidad y hagamos entender a los niños que las emociones manejan y gestionan nuestra vida en la realidad cotidiana llegando a condicionar nuestro comportamiento. Fomentemos un orden interior y exterior potenciando la autodisciplina.
Reflexionemos los adultos sobre el ambiente y el entorno que creamos y también sobre nosotros mismos para poder dar lo mejor de nosotros, siendo consciente que necesitáis los profesores cuidaros en general y cuidar y gestionar vuestras propias emociones para estar en condiciones de transmitir motivación y ganas de aprender.
Intentar fomentar en los niños la motivación de aprender es todo un reto. Intentemos entender al niño para que encuentre su verdadero camino y pueda hacer lo que le gusta de verdad y lo que hace bien. Todo niño hace algo bien. Intenten valorar al niño de forma global, valorando las diferentes inteligencias no solamente la académica, para llegar a conocerle más allá de la asignatura que enseñáis y poder así apreciar su potencial. Steve Jobs el fundador de Mac, explicó que le debía mucho a sus padres, que vieron que era especial a pesar de que tenía los síntomas de un TDHA. Estaba también agradecido a una profesora que supo valorar su inteligencia y entender su funcionamiento, potenciando lo que él era. Es normal que uno se tropiece, Steve Jobs mismo dijo que dejo la universidad pero a pesar de ello hizo un curso de caligrafía que le interesaba, aplicando más adelante el tema de la caligrafía en el Mac. Probó en este curso lo motivante que es apasionarse, pudo potenciar su genialidad y creatividad para llegar a ser un visionario. Lo importante es que aunque el recorrido sea atípico y pueda llegar a ser doloroso, uno se vuelva a levantar y siga para delante. El niño se verá y se sentirá capaz de asumir retos si su entorno le refleja su capacidad aunque pueda tener ciertas dificultades. Cuando valoras el potencial de un niño le estas enseñando a valorarse y a quererse para avanzar en la vida y agarrar las oportunidades que se le presenten.
La humanidad está en constante evolución y la infancia de hoy en día no es la misma que la de generaciones anteriores, queda implícito que la educación también tiene que adaptarse al mundo de hoy. Se nos pide ser más inquisitivos tanto en el arte de la educación como en el arte de ser personas. El mundo laboral que vivirán estos niños también habrá cambiado, hay cada vez más demanda de gente creativa, inventora, con visión global, gente que sabe escuchar su intuición y con la voluntad de emprender. Yo creo que todo esto nos pide reflexionar sobre qué queremos para la juventud y cuáles son los verdaderos parámetros de felicidad que queremos inculcar. Al fin de cuentas ellos son las semillas de la tierra y la cosecha del futuro, intentemos aplicar la enseñanza a la vida con una estrategia humana para aprender a vivir, porque sentirse vivo, es sentirse capaz y con ganas de participar en la creación de nuestro futuro, un futuro mejor.
Elisabeth d´Ornano