Pautas generales para el manejo cotidiano del tdah en los centros de acogimiento residencial
Es importante entender que no existe mala intención sino una dificultad
que hay que ayudarles a superar mediante intervenciones educativas
apropiadas. Estos niños no pueden estar sentados mucho tiempo sin
levantarse, tienden a corretear por todas partes, pueden resultar más
ruidosos e impulsivos y su constante movimiento les impide jugar
“tranquilamente”.
Son por tanto niños
más difíciles de educar que otros,
ya que tienen dificultad a la hora de seguir e interiorizar las
normas de conducta y relación social que se les intenta inculcar.
Como su lapso de atención es más corto, a veces se distraen cuando
se les habla, o no llegan a comprender las instrucciones de lo que se
les pide. Esto puede afectar al rendimiento escolar y a su
comportamiento social adecuado.
También pueden tener dificultades al jugar en grupo, al no comprender la
reglas y en ocasiones, su impulsividad les dificulta respetar los
turnos, esperar a que se les pregunte sin interrumpir, y pueden
molestar a otros niños interrumpiendo juegos y conversaciones. Estos
niños no necesariamente tienen una falta de habilidades cognitivas
ni una menor inteligencia, aunque sí las dificultades de atención
pueden afectar en su rendimiento.
La labor educativa cotidiana es fundamental
en estos casos y una actuación
coherente, y planificada es
muy importante para el éxito de la intervención con estos niños.
Podemos ser facilitadores de las actuaciones cotidianas de estos
niños, ayudándoles a manejar mejor las rutinas diarias y a crear y
mantener hábitos de higiene, autonomía personal y relación social
adecuados que les permitan formarse constructivamente como personas y
superar las dificultades que tienen debido a su trastorno y
experiencias tempranas de aprendizaje.
Es importante tener en cuenta que estos niños están conviviendo con
otros niños con tantas o más dificultades que ellos, y, aunque
establezcamos ayudas específicas para ellos no podemos olvidar el
efecto que la aparente mayor atención que prestemos al niño
hiperactivo puede tener sobre los demás. En muchas ocasiones
conviene explicar a los otros el por qué de pautas diferentes de
modificar la conducta con unos y con otros.
Algunas consideraciones sobre el entorno de aprendizaje, las actividades y
criterios educativos de actuación:
Un entorno estable:
Como estos niños se distraen con facilidad, es importante que el
entorno sea estable y predecible.
Una relación de confianza con los agentes educativos va a ser de
gran ayuda. También les favorece un ambiente tranquilo y no ruidoso,
una iluminación adecuada y una temperatura agradable.
Un horario y un plan de actividades diarias,
resulta conveniente como marco de actuación que les aportará
seguridad. Es fundamental esta estructura no solo de las actividades,
sino también de los agentes educativos que participan en esas
actividades cotidianas de la vida en el centro. Poder anticipar lo
que van a hacer les aporta seguridad y control sobre su entorno.
También esto les permite planificarse, adquirir rutinas y
concentrarse mejor. Las actividades y normas se adaptarán a cada
centro.
Impedir una estimulación excesiva: Podemos ayudarles a concentrarse en las
actividades si tenemos en cuanta a la hora de planificar las
actividades a realizar con ellos que los objetos de que se disponga
sean los necesarios para realizar las actividades propuestas y que
exista un orden que se respete, así como unas normas generales para
todos. Es preferible que no haya demasiadas cosas que puedan
distraerles. Si se puede, mejor es que estudien solos o con alguien
que les supervise idealmente, pero sin otros niños. Es así
importante el control estimular del entorno.
Establecer pequeñas metas: También poder establecer
pequeñas metas de aprendizaje,
o tareas por pasos en secuencias de más facilidad a mayor
complejidad, puede resultar muy útil para ellos.
Enseñarles a priorizar: Esta jerarquización
de los objetivos
o metas a conseguir es importante también para asegurarnos que al
principio van a obtener éxito en la realización de las metas
propuestas, lo que nos dará la posibilidad de felicitarles y
elogiarles, aumentando así su sentimiento de eficacia y confianza en
sus posibilidades. Estos niños han estado expuestos a muchas
frustraciones cuando por sus dificultades de concentración no
alcanzan lo que se proponen o lo que les piden.