Otros trastornos mentales que pueden parecer TDAH
No hay ningún trastorno
mental que se pueda diagnosticar con una prueba física objetiva. El
diagnóstico es clínico, y la herramienta necesaria es el
conocimiento de la patología psiquiátrica y el desarrollo normal de
los niños. Una buena historia clínica es la base de todo
diagnóstico en psiquiatría.
Hay muchos otros
trastornos mentales que pueden producir alteraciones de atención,
impulsividad e hiperactividad: ej. una depresión, la reacción a un
trauma, ansiedad, reacción ante una crisis, trastorno psicótico.
También los trastornos de aprendizaje (dislexia, inteligencia
límite, etc.) puede parecer un TDAH en algunas ocasiones.
Como ejemplo, un niño
puede no concentrarse en el colegio (inatención), estar agitado,
inquieto (hiperactividad), y reaccionar bruscamente ante cualquier
cosa que se le dice (impulsividad) porque sus padres se han separado
hace 6 meses. Lo mismo puede pasar en un adolescente que ha empezado
a consumir cocaína, y en muchas otras situaciones.
El médico debe ir
preguntando todo aquello que le permita ir descartando otras causas
de los síntomas que aparecen.
Los problemas de aprendizaje
Es una causa frecuente de
síntomas de hiperactividad y déficit de atención. La dislexia
(problemas en la lectura), los problemas específicos de comprensión
o la inteligencia en el límite, hacen que los niños no se centren
bien, no comprendan, se despisten. Siempre que haya dudas de la
capacidad para aprender (la inteligencia general o las capacidades
específicas), conviene hacer test psicológicos (en general test de
inteligencia y de lecto-escritura).
Otros problemas psicológicos o psiquiátricos
Trastornos de conducta y trastornos de ansiedad
Son los trastornos
mentales más frecuentes en los niños. A veces pueden confundirse
con el TDAH.
Los trastornos de
ansiedad pueden a veces parecer TDAH sin hiperactividad, es decir,
niños especialmente inatentos como único síntoma. Cuando el
problema de base es la ansiedad, los niños suelen estar preocupados
por sus problemas y eso no les permite concentrarse en cuestiones
académicas.
Los niños con trastornos
de conducta se caracterizan por comportamientos conflictivos como
saltarse las normas intencionalmente o transgredir la ley, que no son
los típicos de los niños TDAH.
Depresión
También los trastornos
emocionales pueden confundirse con el TDAH. Tanto las depresiones,
como los trastornos bipolares. Los niños pequeños tienden a
manifestar su malestar emocional con la conducta, el movimiento y la
falta de concentración porque no son capaces aún de explicar verbal
y psicológicamente sus sentimientos.
Los adolescentes además
suelen mostrar la tristeza con irritabilidad, oposición e
impulsividad, lo que también hace que a veces se confundan los
estados depresivos con un TDAH. Una de las claves para diferenciarlo
es si el problema es crónico o ha aparecido en un momento de la vida
del niño no estando presente antes.
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar
sucede cuando un individuo alterna fases depresivas con estados
eufóricos o maniacos. Estos se caracterizan por un exceso de
actividad, energía y vitalidad, alegría o irritabilidad excesivas,
escasa necesidad de dormir, aceleración del habla y del pensamiento,
y otros síntomas parecidos. Si no se conoce bien la trayectoria del
niño se puede confundir un estado maniaco con un TDAH.
Raramente el TDAH y el
trastorno bipolar coinciden en la misma persona. Cuando esto sucede
primero aparece el TDAH y unos años después el trastorno bipolar,
generalmente a partir de la adolescencia. Solo la evolución y los
cambios a fases depresivas indican a veces que estamos realmente ante
un trastorno bipolar. Esta diferenciación, que se puede hacer en
muchas ocasiones, la debe hacer un especialista en salud mental, y es
muy importante de cara al tratamiento farmacológico. Los estados
maniacos suelen ser transitorios, mientras que el TDAH es más
persistente. También la historia familiar, el desarrollo evolutivo
del niño, el estudio detallado de los síntomas nos pueden ayudar a
diferenciar los dos trastornos.
Otros problemas ambientales (familiares/escolares)
Que la hiperactividad y
déficit de atención ocurran solo en un área de la vida del niño
suele indicar que parte o todo el problema es ambiental. Por ejemplo,
si el niño se muestra inquieto en casa, impulsivo y no escucha, es
posible que haya problemas de relación, comunicación y tensión
familiar que produzcan esa manifestación en el niño. Si en cambio
los problemas solo aparecen en el colegio, puede que el colegio no
sea adecuado, el estilo disciplinario esté estresando al niño, haya
alguna situación de maltrato o abuso por parte de los compañeros,
etc. También puede ocurrir esto en niños que tienen problemas de
capacidad intelectual, que no atienden porque no comprenden y eso les
desmotiva y desconcentra.
Casi cualquier
diagnóstico psiquiátrico puede ser objeto de confusión con el TDAH
en determinadas circunstancias, por lo que una historia clínica y
evolutiva completa que cubra toda la psicopatología, y no solo la
sintomatología TDAH es imprescindible. El resto de problemas
mentales posibles, como el abuso de drogas, trastornos de tics,
trastornos del desarrollo (Asperger, por ejemplo) o retraso mental,
se identifican fácilmente en una historia completa.