Problemas con los iguales (compañeros, amigos)
Que los niños consigan tener amigos, un grupo de iguales que les acepten, les quieran, les busquen, con los que quieran compartir juegos, estudio, experiencias, depende de muchas cosas. Y el desarrollo de estas relaciones de amistad es importantísimo para el desarrollo personal, para el desarrollo de la capacidad para compartir, para establecer relaciones de confianza y de intimidad posteriormente. Los niños hiperactivos pueden ser muy divertidos, líderes incluso, y si tienen gracia, habilidades sociales, competencia deportiva u otra serie de virtudes bien consideradas por sus iguales, pueden integrarse sin problemas en algún grupo de iguales adecuado. Pero otras veces la impulsividad, la inoportunidad de sus actuaciones, la asunción de riesgos, las meteduras de pata, pueden hacer que se produzca un rechazo hacia ellos que complica aún más la evolución escolar y personal. El fracaso en lo académico puede hacer que, por identificación, se acerquen a los niños con peor rendimiento y comportamiento, iniciando un círculo vicioso de relaciones inadecuadas, actividades que van contra las normas, tendencia al absentismo, exposición a riesgos ambientales (drogas, relaciones con personas menos adaptadas a la sociedad, etc.).
Las relaciones sociales son muy importantes en la edad infantil y, sobre todo, en la etapa adolescente. Siempre hay que procurar que los niños tengan un grupo adecuado de personas de su edad con el que relacionarse. Para ello a veces hay que forzar la participación en actividades en las que el niño es más hábil (deportivas, artísticas, sociales) donde pueda conocer a personas con intereses semejantes a los suyos con las que identificarse, vincularse y desarrollar relaciones de amistad. Los padres tienen que ayudar al niño a organizar planes, y no esperar solo a que otros niños le inviten.