Guía breve para profesores
Los profesores tienen en sus manos la gran responsabilidad y privilegio de influir en el crecimiento y desarrollo global de los niños, no solo en su aprendizaje.
Su importancia no siempre se valora suficientemente y entre todos tenemos que dignificar la profesión del profesor y darle la importancia social que tiene.
Piense en la posibilidad de un TDAH siempre que un alumno no rinda al nivel al que aparentemente podría.
Intente identificar si en el mal rendimiento, en el incumplimiento de las normas, o en la continua interrupción puede haber un problema de concentración y de funciones ejecutivas.
Piense siempre en la posibilidad de que el niño NO PUEDA hacer las cosas mejor, no que NO QUIERA.
Intente ver qué tipo de inteligencia tiene el niño; intente identificar de qué maneras le resulta más fácil aprender y cuales son sus principales dificultades.
Intente descubrir aspectos positivos del niño.
Valore sus aspectos positivos.
Corrija los negativos intentando motivar.
Nunca ridiculice o ponga en evidencia; puede bloquearse aún más, rendir menos y perder el interés por lo escolar.
Pruebe a hacer pequeñas modificaciones que le permitan organizarse y rendir mejor; esto le permitirá ver si es un problema de capacidad, de ejecución o de voluntad.
Comunique todas sus inquietudes respecto al niño a otros profesores y a los padres, a tiempo de hacer modificaciones y buscar soluciones.
Valore la posibilidad de que el niño sea evaluado psicopedagógicamente o clínicamente.
Intente que el colegio aporte las ayudas necesarias en el aprendizaje y evaluación de estos niños, de forma específica.
Colabore con los médicos aportando información sobre el niño en el colegio; es una información valiosísima.
Colabore con los padres para que el niño aprenda a organizarse; son niños que necesitan más supervisión; tienen poca autonomía (más inmadurez) en la organización personal.
Tan importante es enseñar contenidos como instrumentos.
Tan importante como lo anterior es contribuir a que el niño encuentre placer en aprender, y a que sea feliz.
Recuerde que el TDAH es un trastorno mental infantil con muy buen pronóstico en muchas ocasiones.
Con su cotidiano contacto con el niño está en una situación privilegiada para valorar posibles efectos secundarios de la medicación; informe a los padres de cualquier observación.
