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Resumen de libro. Healing the Planet, One Patient at a Time (“Curando al Planeta, Un Paciente Cada Vez”)
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En su libro tituladoHealing the Planet, One Patient at a Time, Jozef J. Krop, médico norteamericano que trabaja en Ontario (Canadá), ofrece una visión del trastorno por déficit de atención e hiperactividad basada en los principios de la Salud Pública, según los cuales muchas de las enfermedades que padecemos los humanos actualmente podrían tener su origen en productos químicos tóxicos que han pasado a formar parte de nuestro entorno, en especial tras la Segunda Guerra Mundial. El autor habla del TDAH tratando de aportar opciones de prevención y tratamiento alternativas a la más extendida actualmente, basada fundamentalmente en la mayor parte de los casos, en la medicación. Según Krop, el 66% de los chicos diagnosticados de TDAH padecen alergias alimentarias no reconocidas hasta ese momento, que podrían justificar gran parte de los síntomas típicos del trastorno. El comportamiento según él puede verse igualmente afectado por exposición al polvo, a la humedad o a productos químicos dañinos.
La experiencia clínica del autor le ha llevado a observar un creciente número de niños que acuden a su consulta diagnosticados de TDAH y que no evolucionan favorablemente con los tratamientos habituales. La mayoría de estos niños están afectados por otros factores dietéticos o ambientales, como hipersensibilidad o alergia a alimentos, toxicidad química, hipersensibilidad o alergia al polvo o la humedad, o déficits de vitaminas, minerales o ácidos grasos. La corrección de estos factores permitiría a miles de niños, según el autor, no tener que recibir tratamiento farmacológico y superar más fácilmente sus dificultades.
Desde esta perspectiva, Krop propone algunas estrategias para prevenir o corregir los síntomas típicos del TDAH. Empezando por la necesidad de que los profesionales que los diagnostican recaben una historia ambiental exhaustiva del paciente para tratar de individualizar el tratamiento. También es importante realizar una historia del embarazo, el parto y el desarrollo más temprano, así como una analítica completa que permita descartar anemias, hipertiroidismo, o déficits de vitaminas, minerales o ácidos grasos esenciales, o exceso de metales pesados. Señala también la importancia de la realización de pruebas de la vista, el oído o de disfunciones psicológicas específicas, así como pruebas de alergia e hipersensibilidad a los alimentos o agentes ambientales típicos del entorno del niño. Desgraciadamente, este tipo de estudios completos aún no están adecuadamente estandarizados.
Además del tratamiento de los individuos afectados, es crucial poner en marcha medidas de prevención de contaminación del aire e iniciar cambios dietéticos encaminados a la eliminación de las comidas que produzcan hipersensibilidad o alergia, evitando la “comida basura” y “las chuches”, añadiendo suplementos dietéticos que contengan vitaminas y minerales (en especial vitamina B y zinc), junto a ácidos grasos esenciales (como el omega III). El beneficio será aún mayor si todos los miembros de la familia se suman a las medidas generales alimentarias y ambientales que antes se han mencionado mejorando la salud general de todos.
Obviamente, los chicos con TDAH se beneficiarán en el colegio de clases en las que el número de alumnos por profesor sea de 4-6, aunque entendiendo que esto sería lo ideal y no siempre es posible.
La puesta en marcha de estas estrategias podría por sí misma ofrecer muy buenos resultados o, al menos disminuir la necesidad de tratamiento farmacológico, permitiendo por ejemplo una reducción de las dosis. Convencidos de que el TDAH puede verse influido por agentes presentes incluso en la etapa intrauterina, las mujeres embarazadas deberían evitar la exposición a lugares contaminados con plásticos, productos químicos y toxinas en general, así como dejar el tabaco, el alcohol y el café hasta la concepción.