Resumen:

Antes de que el instituto Appleton de Wisconsin sustituyera la comida preparada de su cafetería por otra más nutritiva y completa, los alumnos estaban fuera de control. Había continuas transgresiones de las normas y hubo que contratar a un guardia a jornada completa. Tras el cambio en la alimentación, los estudiantes se mostraron más tranquilos, ordenados y centrados. El uso de armas disminuyó, así como los suicidios, los abandonos escolares y el uso de drogas. La nueva dieta influyó en una mejoría del comportamiento global que ha durado 7 años, y ahora, otras escuelas están cambiando sus programas de comidas con resultados similares. Hace años, concedieron una ayuda económica a una de las clases de Ciencias del instituto Appleton para elaborar una dieta a partir de un cruel e inusual experimento con tres ratones. A estos les alimentaron con la “comida basura” que daban a los niños en algunos institutos. Los ratones cambiaron radicalmente de comportamiento y éste fue completamente diferente del de los ratones de la caja de al lado, quienes eran alimentados con una dieta equilibrada y se comportaban como ratones normales: dormían durante el día y pasaban bastante tiempo jugando con otros por la noche. A diferencia de estos, los de la “comida basura” destruyeron parte de su caja, no eran “nocturnos”, dejaron de jugar unos con otros, se peleaban entre ellos y dos de ellos llegaron a matar al tercero y comérselo. Tras tres meses de experimento, los estudiantes rehabilitaron a los dos supervivientes y les suministraron una dieta equilibrada. Tres semanas después, los ratones normalizaron su conducta. En el experimento, parte de la “comida basura” había sido genéticamente modificada. ¿Significa esto que la comida genéticamente modificada altera el comportamiento de personas o animales? Sería irresponsable afirmar eso en base a un único experimento con ratones o a los resultados de un solo instituto. Sin embargo, sería igualmente irresponsable decir que no lo alteran.

Estamos empezando a entender la influencia de la dieta en el comportamiento. Un estudio publicado en la revista Science (una de las más prestigiosas revistas de ciencia, si no la más)de Diciembre de 2002, concluyó que “las moléculas alimenticias actúan como hormonas, regulando el funcionamiento del cuerpo y promocionando la división celular. Las moléculas pueden causar desequilibrios mentales que van desde déficit de atención e hiperactividad (TDAH) hasta enfermedades mentales más serias”. El problema es que no hay forma de saber qué moléculas son las que provocan tal o cual efecto. El mayor problema es que los alimentos genéticamente modificados puedes cambiar su composición radicalmente sin nuestro conocimiento. Pero incluso aunque pudiéramos identificar esos cambios, no llegaríamos a saber aún cuáles son los responsables del comportamiento antisocial en animales y personas. No conocemos todos los cambios que ocurren con la ingeniería genética pero es posible que tengan alguna consecuencia en los niños, ya que son, 3-4 veces más vulnerables a las alergias y transforman la mayor parte de la comida en material de construcción del cuerpo. Por ello, es posible que los nutrientes alterados o los aditivos tóxicos puedan conducir a problemas del desarrollo.

Desafortunadamente, sin saberlo muchos de nosotros y nuestros hijos estamos siendo alimentados con “comida basura”, como si formáramos parte de un enorme experimento desarrollado a escala mundial. Menos mal que muchos centros escolares, especialmente en Europa, han decidido no dejar que sus niños sean utilizados como conejillos de indias y han vetado la “comida basura” en sus comedores.