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Muchos padres experimentan depresión durante los primeros doce años de las vidas de sus hijos, siendo el primer año tras el nacimiento el de más riesgo

Fuente: Archives of pediatric and adolescent medicine / Fecha: 1 de octubre de 2010 / Categoría: Desarrollo

RESUMEN:

Según un estudio reciente aparecido en “Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine”, muchos padres experimentan depresión durante los primeros doce años de vida de sus hijos, aunque los investigadores señalan que el mayor riesgo se da durante el primer año tras el nacimiento del bebé.

Un grupo de investigadores del Reino Unido examinó datos de 86,957 familias atendidas en clínicas de atención primaria entre 1993 y 2007 para identificar a los padres que sufrían de depresión. Pudieron comprobar, así, que más de un tercio de las madres y alrededor de un quinto de los padres habían sufrido un episodio de depresión entre el nacimiento de sus hijos y su cumpleaños número doce.

Concretamente, 19,286 madres habían tenido un total de 25,176 episodios de depresión, y 8,012 padres habían tenido un total de 9,683 episodios de depresión. Los índices de depresión fueron de 7.53 por 100 madres y 2.69 por 100 padres por año. Pero los índices durante el primer año tras el nacimiento de un niño fueron de 13.93 por 100 madres y 3.56 por 100 padres.

Shreya Dave, del Consejo de Investigación Médica de Londres, y sus colegas, afirmaron que "estos altos índices de depresión en el periodo postparto no son sorprendentes, dado el estrés potencial asociado con el nacimiento de un bebé, [por ejemplo] falta de sueño en los padres, las demandas para los padres y el cambio en sus responsabilidades, y la presión que esto podría colocar sobre la relación de pareja". Además, los padres con más riesgo de desarrollar depresión eran los que tenían antecedentes de depresión, en los que tenían entre 15 y 24 años de edad cuando su hijo nació, y entre los que tenían más privación social.

Ante estos datos, los investigadores concluyeron que "hay una relación bien establecida entre la depresión y la privación social y económica, en la población general y en los padres. Este hallazgo podría reflejar los estreses de la pobreza, el desempleo, un empleo de bajo grado y un menor respaldo social entre personas de estatus socioeconómico más bajo".

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