(Washington DC, 31 de marzo de 2009)

La AACAP, a través de su página web, pide a las familias que no suspendan el tratamiento para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sin una consulta con el médico especialista. Este anuncio de la AACAP surge como respuesta a informaciones publicadas respecto al estudio MTA, cuya actualización a 8 años, fue publicada en la versión electrónica de la revista de la propia AACAP (Journal of The American Academy of Child and Adolescent Psychiatry) en marzo de 2009.

“Este estudio tiene diferentes implicaciones para cada niño o adolescente”, ha dicho Robert Hendren, actual presidente de la AACAP. “Es responsabilidad de los propios especialistas el ayudar a entender a los padres cómo los resultados de este estudio afectan a su hijo en concreto y recomendar un abordaje terapéutico configurado específicamente para ese chico”.

Este estudio sigue a 436 niños y adolescentes a lo largo de 8 años. Pero es importante tener en cuenta que, entre los participantes, hay chicos de diferentes edades, en distintos estadios de desarrollo, con varios niveles de afectación, algunos de ellos con otros trastornos ocurriendo al mismo tiempo y con diferentes recursos familiares.

En el MTA se estudia el rol de Terapias Conductuales, incluyendo Terapia Cognitivo Conductual (TCC), Entrenamiento de Padres y Entrenamiento en Habilidades Sociales para el manejo de síntomas asociados con el TDAH. También hay referencias a abordajes terapéuticos comunitarios en los que se implica a toda la familia y a individuos clave en la vida del chico, tales como el personal del colegio.

El TDAH es un trastorno del comportamiento caracterizado por excesiva inquietud, inatención, distracciones e impulsividad. Se estima que entre el 3 y el 7 % de los escolares y aproximadamente el 4 % de los adultos padecen TDAH.

Los niños y adolescentes que no han recibido tratamiento para el TDAH tienen un riesgo mayor de fracaso escolar y abandono de los estudios, problemas de comportamiento y disciplina, abuso de alcohol y otras sustancias tóxicas, depresión, dificultades de relación interpersonal, dificultades para encontrar empleo y mantenerlo, accidentes de tráfico y problemas con la justicia.