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EL TDAH EN EL AULA: ¿Qué podemos hacer los profesores?
Fuente: Asociación Elisabeth d'Ornano / Fecha: 26 de enero de 2011 / Categoría: Articulos Asociación
26 de enero 2011 – Real Jardín Botánico de Madrid
Este año hemos realizado nuestra primera actividad divulgadora y formativa para profesores en el Jardín Botánico de Madrid con más de 150 educadores, profesores, orientadores y en general personal educativo de niños con dificultades, fundamentalmente con trastorno de hiperactividad y/o déficit de atención.
La Presidenta de la Asociación, Elisabeth d´Ornano, dio una calurosa bienvenida a los asistentes. En su discurso de inauguración centró las líneas directrices del curso. Señaló como uno de los principales objetivos de la Asociación es la motivación y apoyo a los profesores en su tarea educadora. Relató la evolución de la Asociación desde que se fundó en abril de 2009, con los objetivos iniciales de formación, difusión sobre el TDAH y el apoyo a los niños que lo padecen y a los adultos involucrados en su educación. Conocer los fundamentos del TDAH y apoyar y motivar a los profesores en su tarea educativa fueron señalados como objetivos fundamentales del curso.
Trasmitir la idea del grandísimo potencial que pueden tener los niños, aunque tengan un TDAH; valorar a los niños más en sus capacidades que en sus discapacidades, y la importancia fundamental de la educación, son constantes en todas las actividades de la Asociación.
A lo largo de sus años en el colegio, las personas con TDAH encuentran más obstáculos que las personas típicas, fundamentalmente porque presentan un funcionamiento cerebral mermado por una condición clínica, en la que aparecen implicados agentes biológicos, como la genética. Rescatar todo el potencial humano, los talentos y virtudes de los niños con TDAH, y utilizarlos para apoyar su desarrollo, puede dar lugar a sorpresas muy agradables; la Presidenta recordó la cantidad de genios que han sufrido en sistemas educativos poco comprensivos o flexibles. El reconocimiento de su valía como personas, de sus diferencias sin un sentido peyorativo, y el creer en esas personas atípicas, permitiéndoles tener metas y objetivos puede ser clave en el desarrollo feliz de esos niños. El querer siempre que el niño se adapte al entorno, sin ser capaces de adaptarnos nosotros a él, puede ser injusto y muy poco efectivo en la labor educativa. Exigir demasiado o exigir inadecuadamente (respecto a las capacidades) puede producir unas graves afectaciones en la autoestima del niño, en su capacidad para creer en sí mismo, soñar, y desarrollarse. La labor del docente es básica en esto. Y su coordinación y trabajo en equipo con los padres también. Es importante que los profesores recuerden que ser padre de un niño hiperactivo es un reto difícil, para que puedan ponerse en su lugar, y para intentar hacer de la escuela un lugar flexible, donde se valore no solo la inteligencia académica del niño sino también muchos otros valores y habilidades que los padres suelen conocer perfectamente. La creatividad, el contacto y conexión con la naturaleza, la inteligencia emocional, son aspectos de la persona que podemos ayudar a construir y fomentar en la escuela y que pueden preparar al niño para un futuro donde cada vez los trabajos son más diversos y requieren diferentes capacidades para su correcta ejecución. Finalmente señaló, para resumir el ideario educativo de la asociación, la importancia de rescatar el valor de la educación más allá de la enseñanza.
El Dr Miguel Moreno, psiquiatra de niños y adolescentes, realizó una revisión general sobre el “TDAH, la motivación del profesor y cuidados del cuidador”.
El TDAH es un trastorno reconocido en nuestro país desde hace relativamente poco tiempo, por lo que hasta épocas recientes, el principal riesgo con respecto a las personas que lo padecían, era el infra-diagnóstico. En este sentido muchas de las personas que lo sufrían no lo atribuían a un proceso clínico, sino a una mala educación. Por eso, en su intervención, el Dr. Moreno destacó aquello que el trastorno “No es”, para posteriormente confrontarlo con lo que sabemos científicamente acerca del trastorno, sus causas, los mecanismos fisiopatológicos por los que se desarrolla, cuáles son los tratamientos de los que se dispone en cada caso y cómo diagnosticarlo correctamente. Porque otro de los riesgos relacionados con el trastorno, de aparición más reciente, es el del sobre-diagnóstico.
En esta intervención, el Dr. Moreno resaltó la importancia de la realización de un adecuado diagnóstico que permita distinguir el TDAH de otros trastornos que se manifiestan de forma parecida, pero que deben abordarse de forma diferente. Para ello, trató de evidenciar la naturaleza biológica del trastorno, así como la importancia de un abordaje multidisciplinar desde el colegio, el domicilio y los clínicos. Para ello desde la Asociación se propone como motor de cambio para mejorar la situación de los niños con TDAH una adecuada motivación de los profesores, tomando conciencia del papel fundamental que ejercen en la educación de sus alumnos y del efecto que una mentalidad abierta con respecto a los métodos educativos, que tenga en cuenta las diferencias de estos alumnos más difíciles, podría tener sobre el futuro de los chicos y chicas con el trastorno. Cada uno de estos alumnos supone un reto difícil para los profesores, pero si lo aceptan y trabajan motivados para ayudarle, pueden convertirse en mejores profesionales y, lo que es más importante, en mejores personas.
Para ello, es importante que, no sólo la sociedad sino los propios profesores, acepten que su profesión entraña un importante riesgo psicológico por la importante carga de angustia vicaria que reciben cada día. En su práctica habitual, los profesores tienen que lidiar con las expectativas, frustraciones y tensiones de sus propios compañeros, de sus alumnos y de las familias de éstos. Por esta razón, resulta fundamental que acepten una serie de cuidados especiales como imprescindibles para su práctica profesional. Cuidarse, respetando los momentos de descanso, realizando actividades de ocio que les permitan disfrutar, apoyarse en sus amigos y familiares y tratar de desconectar cada día del trabajo a partir de una hora prefijada, limitando mucho los ámbitos personal y profesional, parecen algunas de las medidas más acertadas para desenvolverse entre sus alumnos con soltura y motivación, encontrando en los retos diarios de su profesión uno de los caminos hacia el equilibrio psicológico al que la mayoría de las personas aspiramos. La idea de crear grupos de supervisión en los que los profesores, coordinados por especialistas, puedan gestionar de forma grupal las tensiones propias de su actividad diaria, las emociones, las diferentes formas de abordaje, etc., podría constituir un escenario de cuidados del cuidador al que podría aspirarse en un plazo relativamente corto en los centros educativos.
Dra. Mara Parellada, también psiquiatra infanto-juvenil, resumió algunos aspectos de cómo se manifiestan los síntomas principales del TDAH en el entorno escolar, para ir desarrollando como poder adaptar la metodología de enseñanza y evaluación a las dificultades de estos niños. En todo momento se refirió al TDAH como una forma diferente de desarrollo cerebral, que genera una forma diferente de aprender, que debería generar una forma diferente de enseñar y evaluar y que generalmente da lugar a dificultades en su choque con el método tradicional de enseñanza; el TDAH en sí mismo no es un retraso ni debería impedir que el niño se desarrollara de una manera equilibrada y llegando a una adultez plena.
En la etapa de educación infantil y primaria, el reto es identificar al niño, detectar si sus dificultades pueden deberse a un TDAH o a otro problema, e ir poniendo en marcha las actitudes para que su hiperactividad e inatención si lo tuvieran, no empiecen a generar ya problemas en la escuela. Entender que el niño no se mueve sin parar o se distrae por propia voluntad o actitud desafiante es importante para tener el temple de ir tolerando su movimiento, encontrándole el modo de expresión menos distorsionante para los demás. De la misma manera, adaptarse a su corto periodo atencional dándole tareas apropiadas irá desde el principio permitiéndole aprender, a pesar de esa inatención. El trascurso del niño durante esa etapa infantil es determinante para que llegue a la educación secundaria sin el fracaso escolar, la falta de motivación y la falta de autoestima características en aquellos niños que no han sido entendidos y atendidos de forma sensible y adaptada a sus necesidades.
La evaluación de conocimientos y los deberes son dos aspectos clave en la adaptación metodológica de la enseñanza a estos niños. Cuando los profesores evalúan a los niños deben tener presente en todo momento que tienen que evaluar lo que sabe, no sus dificultades de aprendizaje. Esto quiere decir que si la evaluación de una asignatura consiste en un solo examen donde mucho de la buena ejecución depende de que el niño esté bien concentrado durante la prueba, aguante 1 hora en la misma tarea, y sepa organizarse para responder, dando a cada parte del examen el tiempo necesario sin quedarse sin tiempo para el resto o sin precipitarse en las respuestas de largos enunciados, entonces el niño fracasará en la prueba, independientemente de sus conocimientos de la asignatura en cuestión. La disposición del profesor y su creatividad para averiguar qué sabe el niño del tema que debe aprender serán fundamentales para que el niño pueda demostrar sus conocimientos. El hacer una verdadera evaluación continua, permitiendo además al niño decir lo que sabe en múltiples ocasiones y de múltiples formas (por ejemplo en trabajos, sacándole a la pizarra por sorpresa, preguntándole las cosas de una a una, haciéndole el examen por partes para ayudarle a organizar el tiempo, etc) será clave para su éxito académico y para su motivación hacia los estudios.
En cuanto a los deberes, el profesor debería siempre pensar para qué se mandan deberes para casa, y qué posibles perjuicios puede haber en ello. El pensar siempre que el niño tiene una vida fuera del cole, que necesita tiempo para hacer ejercicio, para hacer actividades familiares, para jugar y para descansar, ayudará a diseñar adecuadamente la tarea para casa. De la misma manera, pensar que el niño a partir de una hora se va a concentrar mucho peor de lo habitual, haciendo inútil la tarea para casa y generando por tanto frustración y conflicto familiar, también ayudará. Idealmente, los deberes deberían salir de la coordinación entre profesores de distintas asignaturas, para mandar tareas de forma ordenada, sin coincidir todos con demandas los mismos días.
Finalmente, tanto en el momento de enseñar, como en el de evaluar y en el de pedir tareas para casa, el conocer bien al niño en su totalidad, más allá de sus habilidades de aprendizaje y estudio, es la mejor ayuda para educarle bien, conseguir que desarrolle su máximo potencial y mantenga la curiosidad y motivación para aprender. Esforzarnos en conocer a la persona del niño con TDAH, y que sus virtudes se hagan presentes en el colegio, tanto entre el claustro de profesores como entre de compañeros, es probablemente la mejor ayuda que se le puede brindar.
Fernando Téllez, profesor de Dibujo, educador, ingeniero de formación, con experiencia en docencia desde la educación primaria hasta la universidad, con experiencia en puestos de coordinación y dirección en el sistema educativo (por ejemplo, ser director de Instituto durante 8 años), habló sobre la creatividad en el proceso educativo.
Describió la creatividad de forma multidimensional, desde la concepción más directa de “acto de inventar cualquier cosa” hasta una concepción mucho más amplia, en el sentido de una capacidad (personal, grupal o institucional) para encontrar soluciones originales, e incluso como una actitud, relacionada con la voluntad de modificar o transformar las cosas. Intentó desmitificar algunas ideas falsas en ocasiones relacionadas con la persona creativa, a saber: que el creativo nace y la creatividad no se puede aprender; que el creativo es excéntrico, raro, impulsivo, diferente; que la creatividad es muy dependiente de la inspiración; que conlleva caos y desorden.
Rescató los aspectos positivos de la creatividad a lo largo y ancho de todo el proceso educativo, enfrentándola a actitudes rígidas, obsoletas, repetitivas o constrictivas frecuentemente presentes en la educación actual. Frente a ello, una educación caracterizada por creatividad en sus métodos, en su sistema, en su valoración de conocimientos y aprendizaje de los alumnos, es más productiva y potencia una inteligencia más moderna, más útil para el futuro. La creatividad solo puede surgir de un pensamiento flexible, donde el individuo es valorado de forma preferencial frente a la uniformidad del grupo; el acto creativo está conectado con la afectividad y con el pensamiento, equilibrando y dando un potencial más versátil a la persona.
Un centro que se quiera considerar creativo y que quiera formar individuos creativos debe valorar y potenciar la individualidad, debe plantear cuestiones más que dar soluciones, debe utilizar múltiples metodologías para el aprendizaje, debe estimular la utilización de los distintos canales sensoriales de la persona. El juego, además de permitir disfrutar del aprendizaje, permite aprender de una forma implícita, con elementos de competitividad y de cooperación. La búsqueda de soluciones en grupo permitirá enriquecer el pensamiento de los alumnos, con los distintos modos de afrontar los problemas. Utilizar problemas con varias soluciones correctas o crear contextos que permitan apartarse de lo conocido y habitual flexibilizará el pensamiento. En general, crear y potenciar una constante búsqueda y experimentación de soluciones nuevas, diferentes, alternativas, es la clave de una educación creativa.
Como decía Gaston Paris, No hay nada que divida tanto a los hombres como, la creencia absoluta de ser dueños de la verdad.....y no hay nada que los aproxime tanto, como la noble tarea de buscarla en común.