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Curso para padres: ¿cómo podemos hacerlo mejor los padres?
Fuente: Asociación Elisabeth d'Ornano / Fecha: 17 de enero de 2011 / Categoría: Articulos Asociación
Este año hemos iniciado nuestra actividad divulgadora y formativa con un Curso para padres. En esta ocasión, nos reunimos en el Jardín Botánico de Madrid con más de 150 padres y madres de niños con dificultades, fundamentalmente con trastorno de hiperactividad y/o déficit de atención.
La Presidenta de la Asociación, Elisabeth d´Ornano, dio una calurosa bienvenida a los asistentes. En su discurso de inauguración centró las líneas directrices del curso y también la evolución de la Asociación y su desarrollo hacia el futuro próximo. Señaló como uno de los principales objetivos de la Asociación la motivación y apoyo a los padres en su tarea creadora primero y educadora después. Relató el desarrollo de la Asociación desde sus objetivos iniciales de formación, difusión y apoyo a los niños con TDAH y a los adultos involucrados en su educación, hacia unos objetivos más amplios y ambiciosos, que simultáneamente intentará ir cubriendo de aquí en adelante.
Dentro de estos objetivos, destaca el profundizar en el proceso de desarrollo emocional de los niños, desde su primera identidad hasta alcanzar su identidad personal y única como adulto. Dentro de este proceso, interesa a la Asociación, sobre otros temas, la influencia que el entorno emocional en el que el niño es planeado, concebido, desarrollado dentro del cuerpo de su madre y acogido en sus primeros días de vida, tendrá sobre su futura estabilidad mental. El estado de la madre durante el embarazo y todas las circunstancias que a éste rodeen es una de esas influencias en las que se quiere profundizar. En esta línea de trabajo, la Presidenta introdujo las actividades que la Asociación realizará este año, como la elaboración de una guía informativa para mujeres gestantes, o para todos aquellos interesados, sobre aspectos del desarrollo temprano del niño desde incluso antes de la conceptción, en particular el desarrollo del vínculo y su influencia en el desarrollo emocional posterior. Anunció ya la II Jornada Anual de la Asociación Elisabeth d´Ornano, que tendrá lugar en junio, donde se abordarán, desde distintos puntos de vista, estos temas. En este nuevo desarrollo, la Asociación va a abordar temas relacionados con el valor de ser mujer, su potencial como madre, y sus necesidades en relación a ello, los aspectos psicológicos del embarazo, nacimiento y crianza, la toma de conciencia de la importancia de todo este proceso y su repercusión sobre el desarrollo positivo del niño.
Unificando los nuevos desarrollos de la Asociación con el desarrollo y educación de los niños hiperactivos, la Presidenta señaló la importancia de ayudar a que los hijos desarrollen su propia identidad, independiente de las expectativas de sus padres, con un gran respeto a sus predisposiciones innatas, sus habilidades, y la importancia de esto para el desarrollo de una adecuada autoestima; valorar a los hijos es el primer paso para que ellos se valoren. La educación de los niños atípicos, con dificultades, es un reto que en el mejor de los casos debería hacer que uno reflexionara sobre sí mismo, sobre sus prioridades, sus ideas preconcebidas, pudiendo constituir un motor de cambio para alcanzar un estado de serenidad y de mejoría personal enriquecedor. La Presidenta introdujo las ponencias posteriores y señaló un hilo conductor en el curso, el afecto y amor de los padres como nutriente esencial para que los niños crezcan con una sensibilidad y conciencia hacia la naturaleza, hacia el sufrimiento de los demás y en general hacia la participación consciente en el ciclo de la vida.
A partir de esta introducción, se sucedieron las ponencias. En la primera, el curso se centró en aspectos generales sobre los niños hiperactivos, mientras que el resto del curso, sin dejar de tener el telón de fondo de la ayuda a estos niños, podría ser considerado extensivo a muchos más padres, quizás a todos los padres. Así, se trataron dos temas fundamentalmente, el desarrollo de la autoestima en el niño y el afecto y el amor en la educación y desarrollo del niño y por tanto de la persona.
¿Cómo podemos hacerlo mejor los padres? era el ambicioso título del curso. Ambicioso y cargado de humildad. Todos podemos hacerlo mejor. Resumimos a continuación el contenido del curso.
Mara Parellada, psiquiatra de niños y adolescentes, resumió algunos aspectos generales sobre el TDAH, intentó desmitificar ideas erróneas y actualizar el conocimiento de los padres más avanzados en su conocimiento del TDAH. Hoy en día manejamos una serie de conocimientos comunes sobre el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), que se basan en la experiencia y conocimientos de expertos en ámbitos de la salud, la educación y la psicología. Consideramos que un niño tiene TDAH cuando presenta dificultades de concentración, de control de impulsos y de excesiva actividad, o algunos de estos problemas, en intensidad suficiente como para considerarlo fuera de lo típico en su edad y como para acarrearle dificultades sociales, familiares o académicas importantes. Sabemos bastantes cosas sobre el TDAH, su origen biológico, su base en una maduración cerebral diferente de la estándar, los problemas que habitualmente genera en su comportamiento, en la ejecución académica, en el aprendizaje…Sabemos también que su origen no está, como se ha podido considerar a veces, en un inadecuado estilo educativo de los padres, ni en una actitud voluntaria de trasgresión o de rebeldía del niño. Es cierto que el éxito en la vida del niño, en su desarrollo normalizado, dependerá mucho, probablemente de forma mayoritaria, de la actitud de su familia hacia el problema, de la capacidad de la escuela para adaptarse a las necesidades de aprendizaje del niño y en general, del desarrollo global de la personalidad de éste más allá de su TDAH. La investigación reciente se centra en aspectos muy diversos del TDAH. Los estudios neurobiológicos están dando información muy útil para entender los procesos cerebrales subyacentes al funcionamiento hiperactivo; estamos viendo, con técnicas de neuroimagen y de detección electrofisiológica muy modernas, como la maduración cerebral de los niños con TDAH sigue un curso atípico, como el cerebro de estos niños tiene más dificultad para cambiar de tarea, o como la conectividad entre áreas de generación de los impulsos y de control de los mismos está en cierto modo comprometida. Se están haciendo estudios terapéuticos muy importantes para intentar identificar a qué tipos de niños les van mejor unos tratamientos que otros, para poder personalizar cada vez más las intervenciones. Además, el conocimiento del TDAH se está viendo enriquecido por estudios de desarrollo general que enfatizan la importancia del desarrollo de la primera infancia, y de la expresión afectiva en esta etapa, sobre todo, en el desarrollo moral de las personas.
El Dr Miguel Moreno, también psiquiatra infanto-juvenil, se centró en el cuidado de la autoestima de los niños con TDAH y en el papel y sufrimiento de los hermanos de niños hiperactivos. Por último, se centró en el árido tema de los deberes, su significado, importancia y manejo.
La autoestima viene a ser el amor por uno mismo, aunque desde una perspectiva más amplia podría definirse como la valoración que uno hace de sí mismo. Es la base del mundo emocional de las personas y resulta decisiva en el desarrollo de la personalidad de cada individuo. Es, además, un elemento fundamental en las relaciones con los demás.
El desarrollo de la autoestima de una persona se ve influido por múltiples factores, algunos de los cuales proceden de momentos incluso anteriores al nacimiento.
La primera identidad de una persona podría ser definida como la imagen que aparece en la mente de sus padres cuando por primera vez piensan en ello. Así, esta representación mental en unos padres que planeen y deseen tener un hijo no será ni parecida a la de otros que hayan llegado al embarazo sin pensarlo mucho, sin planearlo y mucho peor si es sin desearlo.
Unas expectativas adecuadas por parte de los padres y el establecimiento de un buen vínculo con su hijo desde el primer momento de su vida pueden favorecer una autoestima elevada y equilibrada. Esto supone un proceso, donde la reflexión sobre lo que significa tener un hijo, sobre el respeto a los cuidados que necesita sobre todo al principio, cuando es un ser absolutamente dependiente; sobre lo que significa el respeto por una identidad autónoma, que muchas veces tiene muy poco que ver con esa primera identidad, son elementos importantes. En un primer momento, que el entorno de la mujer embarazada comparta con ella el placer por ser madre, dotarla de la seguridad de que todo va a ir bien y de que sus necesidades especiales durante el embarazo serán cubiertas, garantiza un adecuado desarrollo de la autoestima del futuro ser. Cubrir las necesidades del niño en cada momento, de alimentación, descanso, calor y contacto físico primero; de comunicación sensorial y después verbal, de autonomía, de respeto a sus ritmos, sus tiempos, sus peculiaridades, sus relaciones, sus inquietudes, sus aficiones, sus puntos fuertes, etc., va a contribuir al establecimiento de unos cimientos estables en la construcción de su personalidad. Admitir los defectos del hijo, permitir el espacio para que crezca siguiendo su propio camino, sin invadir su espacio, sin sobreproteger ni abandonar, mostrando un apoyo incondicional pero no esclavo, son las bases del futuro de cada persona. Y dotarle de los recursos adecuados para enfrentarse a las dificultades hará de nuestro hijo un adulto equilibrado, consciente y capaz de creer en sí mismo.
En cuanto a la relación de los hermanos con alguien que padece un TDAH, Miguel Moreno la enmarcó en el conjunto de la familia como grupo de personas vinculadas afectivamente que busca funcionar colectivamente de la mejor forma posible, es decir, con el objetivo fundamental de que todos sus miembros alcancen su máximo potencial. Respetar el espacio y el tiempo de los demás, distribuir los roles con claridad y justicia, y hacer partícipes a los miembros de la familia de todos los conflictos que surgen en la misma, adaptando la forma de transmitir la información al nivel de cada uno, favorecerá una cohesión que llevará a paliar el sufrimiento y crecer compartida y constructivamente. Conseguir que cada miembro se sienta querido y respetado con sus peculiaridades, y fomentar una comunicación sana, donde no haya “secretos” sino un verdadero sentido de pertenencia, favorecerá también la autoestima del grupo (familia) y su capacidad de amar, también a otros que no formen parte de ese grupo.
Miguel abordó un tercer tema, árido, aparentemente poco vinculado a los otros.
Los deberes se presentan ante los padres como un reto difícil de abordar cuando quien los tiene que hacer es alguien desmotivado, cansado y con una escasa valoración de sí mismo (¿recuerdan? Autoestima). Por ello el primer objetivo es situarse frente a los deberes desde la responsabilidad: “Es lo que hay…y lo haremos lo mejor que podamos” y manifestando el entusiasmo por lo que representará que se hagan: “Nos ayudará a sentirnos bien porque habremos cumplido con nuestra obligación”. Presentarlos como algo divertido, buscar un tiempo y un espacio adecuados y predeterminados con antelación, contar con ayuda (si es posible de alguien que no sea de la familia), habiendo definido la hora de comienzo y, sobre todo, la de fin, prefijando los descansos en función de las posibilidades de nuestro hijo, con un plan de acción secuenciado y estructurado según temas, de mayor a menor dificultad, y transmitiendo toda la información sobre los mismos con el entusiasmo de quien sabe que lo que va a hacer le va a enriquecer, son algunas de las claves para que este trago pueda pasar de la mejor forma posible. Hay que intentar que el niño entienda la importancia de lo que hace y desee hacerlo bien para ser mejor.
La comunicación con los profesores en este ámbito es fundamental. Comprometámonos a su supervisión y a cumplir los horarios. Respetarla la hora de fin nos ayudará a entrenar la flexibilidad mental y a que nuestro hijo sienta que el premio de hacer las cosas bien es llegar al tan deseado descanso y al tiempo de ocio, QUE DEBE ESTAR PRESENTE CADA DÍA. Seamos sinceros con los niños y también con los profesores, en el cumplimiento y en el no cumplimiento, para así modelar una conducta responsable. No olvidemos que un niño necesita dormir más de 8 horas al día y dedicar al ocio más de dos…y los días no dan tanto de sí. Busquemos después de los deberes un tiempo de calidad con ellos en el que ayudarles a fomentar su autoestima, por ejemplo haciéndoles recordar al final de la jornada todo lo que han hecho bien durante el día.
Por último, Paloma Cabadas, psicoterapeuta, realizó una conferencia centrada en el reto para los padres de tener un niño con TDAH, en la importancia de que los adultos se miren hacia dentro en su rol como padres y en el necesario trabajo para conseguir una comunicación afectiva con los otros para favorecer un buen desarrollo personal y de los niños. Fue una conferencia llena de emoción, vehemente, que trasmitió la importancia de las emociones y la reflexividad en el desarrollo personal. Algunos puntos clave de la conferencia fueron: la importancia de ayudar a los niños diferentes a desarrollarse en su singularidad, como personas únicas, especiales. En este sentido, la ponente cuestionó la intención homogeneizadora de la educación, señalando la necesidad de individualizar, de adaptarse a los tiempos y tempos de las personas diferentes. En esta misma línea, señaló la importancia de la calidad del tiempo dedicado a los hijos.
Paloma puso el énfasis en algunos aspectos esenciales en el desarrollo exitoso de una persona íntegra, más allá de las dificultades que pueda tener en un área concreta como por ejemplo un TDAH. Por ejemplo, la importancia del conocimiento de uno mismo, de los propios límites, la creatividad, la bondad del tiempo empleado y disfrutado con uno mismo, con conceptos tan sugerentes como el tiempo sentido (un tiempo útil, entretenido, disfrutado) o la energía de amar.
Asimismo, reflexionó sobre como los niños ponen a prueba a los adultos, activan en ellos determinados puntos emocionales, que son como señales a trabajar en ellos mismos como padres y como personas. Finalmente, reiteró, como se vino haciendo a lo largo de toda la tarde, la importancia de querer al niño, de hacérselo saber, de valorarle, de confiar en él, y señaló el poder del diálogo, de los límites y de la conciencia, y de la aceptación de saberse, sentirse y respetarse en la singularidad.